A pesar de la crisis del Gobierno, no debemos perder de vista el mensaje de la urnas

La disputa interna del oficialismo representa el mayor acto de irresponsabilidad política que podríamos haber imaginado. Pero ahora la oposición deberá construir una alternativa seria y progresista para gobernar la Argentina

Por Margarita Stolbizer

Para comenzar, necesito hacer la aclaración sobre la peligrosa atemporalidad que intentaré dar a mi opinión frente a la crisis política desatada dentro del Gobierno y la que debe ser evaluada según su propia escalada, en el minuto a minuto.

Sin duda, estamos frente al mayor acto de irresponsabilidad política que podríamos haber imaginado como consecuencia de la derrota electoral del domingo pasado. Y en este sentido, quisiera que no pase inadvertida esa secuencia. Para que el escándalo no tape el claro mensaje de la ciudadanía y los desafíos que eso implica tanto para el oficialismo como -hoy más que nunca- para la oposición.

No se puede creer que en medio de la mayor crisis económica y sanitaria los miembros de la coalición oficial estén exponiendo sus peleas internas de manera tan brutal. ¿Les parece que es momento para eso? Por favor, resuelvan rápido sus cuentas pendientes para atender los problemas de las mayorías (que hoy son las de casi todos).

En momentos de políticas expansivas en todo el mundo para frenar los efectos de la pandemia, el gobierno argentino viene practicando un duro ajuste económico que han sufrido la mayoría de las personas y que ha afectado especialmente a nuestra populosa clase media. ¿Pero esto es una decisión individual que se puede achacar en exclusiva al Ministro de Economía? Claro que no.

Estamos frente a una irresponsable manera de lavarse las manos como si las decisiones no les pertenecieran al conjunto y por tanto, la derrota no fuera una cachetada que suena igual en la cara de Alberto, Cristina, Massa, Máximo, Axel y toda la casta de poderosos y privilegiados que con mucha soberbia nos quisieron hacer creer durante casi dos años que, contra lo que todos estábamos percibiendo, ellos estaban “gobernando para el pueblo”.

Está claro que la manifestación popular, tan contundente como sin matices a lo largo y ancho de todo el territorio, tuvo como motivación principal la falta de respuestas a los problemas de la economía cotidiana, la de todos los días, la que siente cada argentina y cada argentino cuando va a hacer las compras y ya no alcanza para lo que podía poner en la bolsa hace una semana. Ya no era solamente que no solucionaron el tema de la inflación sino que empezaron a ignorarlo como problema.

La caída de todos los indicadores económicos empezó a trascender las meras estadísticas que ya no podía ni ignorar el INDEC, para constituirse en una espada que partía la mesa familiar porque absolutamente en todos los hogares se registraron casos de pérdida de empleo por el cierre de un comercio, de una pyme, el despido por achicamiento de gastos, y de manera muy determinante, la caída del poder adquisitivo del ingreso que implicaba cambio de hábitos en las compras, en las comidas, en los consumos.

Mientras todo eso ocurría, y la pandemia seguía azotando con aumentos de contagios y muertes y vacunas que no terminaban de llegar, el gobierno -y en especial el Senado de la Nación presidido por la Sra. de Kirchner- depositaba sus esfuerzos en llevar adelante entre otras movidas a los mismos fines, una reforma judicial como estrategia para la búsqueda de impunidad.

Vimos claramente la impudicia de esos movimientos y por eso es imposible que alguien quiera esquivar ahora la responsabilidad que le cabe frente a la debacle electoral. Votamos eso: el rechazo a las políticas que también desde otros ámbitos dan la espalda a las necesidades sociales para atender solamente los requerimientos del poder.

La casta de privilegiados que nos gobierna también se hizo ver en la cola más rápida de los vacunados que dejaron por detrás a quienes no tienen la suerte de “pertenecer”, y se burlaron impiadosamente de los miles de familiares que dejaron a alguien internado sin poder acompañarlo porque acataban protocolos, decretos y amenazas de sanción, mientras que ellos viajaban, festejaban, reían, “se coloreaban” y tantas otras sandeces que pusieron el eje de nuestro voto en la brutal crisis moral a la que nos llevaron. Se ha quebrado el contrato social porque se ha quebrado la razón ética de la política al servicio del bien común.

Todo ha sido tan grave y tan determinante al mismo tiempo que no puede quedar soslayado frente al escándalo. Porque el resultado electoral muestra una ciudadanía que ha salido de la anomia, que se ha plantado en su dignidad y que se ha manifestado, al fin, intolerante frente al agravio de quienes sólo entienden la política para satisfacer propios intereses.

Ha sido esa manifestación popular la que ha provocado la crisis. La peor noticia hubiera sido que no reaccionarán. Y lo hicieron con los pases de factura que estamos viendo como espectadores involuntarios del grotesco que protagonizan los responsables de la mayor crisis política e institucional de los últimos años.

El pueblo argentino se ha manifestado. Eso es lo que hay que saber leer. La situación que atravesamos en presente es devenida por aquel resultado.

El Presidente viene debilitado desde hace rato, desde que todos sabemos que otros le marcan la cancha. Pero también desde que abandonó el diálogo con la oposición, el consejo de los expertos, el funcionamiento del consejo económico y social. La debilidad de Fernández y su pérdida de autoridad tiene que ver con sus propias contradicciones, con la defensa judicial de los mismos que acusó en el pasado y ahora lo acompañan. Pero también han sido el retroceso de su investidura cada vez que la Vicepresidenta hizo pública una carta o sus opiniones sobre la marcha de la gestión que ella misma integra . Su capacidad de daño es enorme. Hoy ella busca sacar los pies del plato para no hacerse cargo de las medidas que deban tomarse y de las consecuencias que eso ocasione.

Ya no había gobierno. Ya estaba “pintado” el titular del Ejecutivo. Pero que nadie se haga el distraído.

La estrepitosa derrota del gobernador de la Provincia de Buenos Aires es también la derrota de su proyecto y tal vez –ojalá- el momento en que se trunque el proyecto que pretendía a Máximo Kirchner como un sucesor (el único) continuador de ella misma en un plazo no tan largo. De un joven que sin territorialidad, ni trayectoria, ni formación, ni otra cosa que un abultado patrimonio, parecía domar a los otrora fortísimos barones del conurbano.

En esta oportunidad, la derrota tiene muchos padres y madres. Presenciamos ahora todas las acciones de desconocimiento de paternidad, la típica irresponsabilidad de quienes no se hacen cargo de sus propios actos.

Deberían saldar este debate interno que los está llevando a aniquilarse entre ellos al tiempo que aniquilan el proyecto apoyado por quienes los acompañaron. Tener rápidamente el plan -que antes subestimaron- para poner el gobierno en marcha y transitar aunque fuera con un mínimo de estabilidad política los dos años que le restan. Lo primero, es hacerse cargo entre todos los que se fotografiaban para instalar el falso relato de una unidad simulada.

Pero sobre todo, -y esto es lo que no cambiará con el paso de las horas- lo que nos ha quedado con la elección del domingo y con la crisis desatada por el Frente de Todos, es la enorme responsabilidad que se ha puesto en cabeza de la oposición: hay que construir una alternativa seria, progresista y con alto contenido ético, para gobernar la Argentina. Sin tentaciones con el pasado, sin riesgos de errores ni repetición de fracasos. No solo se trata de ganar elecciones. Se trata de gobernar y hacerlo bien, poniendo el bien común como el objetivo principal de la política que debe, siempre, asumir el desafío de hacer y dejar las cosas mejor que los que antecedieron y de tal manera que las generaciones futuras puedan reconocer y disfrutar lo que nos haya tocado hacer.

Fuente Infobae

Argentina debe recuperar la previsibilidad

La mezcla de mala gestión, resentimientos y desprecio por los acuerdos internacionales contraídos, puede hacernos perder más mercados

Por Margarita Stolbizer

Para gobernar un país es necesario conocer y entender el mundo, gestionar sus riesgos y aprovechar sus oportunidades. La globalización nos desafía día a día a que toda decisión se realice en tiempo real. E implica reconocer, por un lado, las cada vez mayores relaciones de interdependencia económica de los países, y por el otro, los aspectos institucionales, normativos, culturales y esencialmente humanos. Lamentablemente, falta una perspectiva de los derechos humanos tanto como del derecho internacional humanitario como imperativo de la visión de los decisores públicos. Esto se evidencia en la creciente desigualdad global y en los temas “permanentes” como guerras, migrantes, refugiados y todos los impactos derivados del cambio climático.

El principal “enganche” al sistema económico internacional de nuestro país es el sector agroindustrial. Desde hace décadas con gran potencial exportador y creciente y competitivo dinamismo. Sin embargo, los posicionamientos ideológicos del actual gobierno son un simple pretexto para descargar sus propios resentimientos. Inexplicable y altamente perjudicial para el país, nos hace perder dólares cuando más se necesitan, y nos desvinculan del mundo.

Como ejemplo, podemos analizar las restricciones a las exportaciones de carne, a las que se ha puesto el límite de salida al 50% de lo vendido el año pasado. Según un informe dado a conocer recientemente, Argentina pierde 100 millones de dólares mensuales por esa imposición. El desvarío en esta medida es tal que, recientemente, se incorporó una ampliación por decreto para crear una cuota de carne kosher con destino a Israel. Lo debió hacer a raíz del firme reclamo que hiciera la Embajadora Galit Ronen, quien expresó: “No puede ser que cada vez que le da ganas a la Argentina, Israel se queda sin carne”. Y también advirtió que, si no se lograba llegar a un acuerdo en el corto plazo, su país iba “a buscar otros lugares” donde comprar este alimento.

La carne que no se exporta no se produce y no crea empleo. Tampoco la decisión favorece un mercado interno demasiado quebrado en el consumo por la pérdida del poder adquisitivo de los ingresos y una inflación imparable a la que no solamente no le encuentran la vuelta sino que, está claro, ya ni se ocupan de buscarla.

Y así es que por una mezcla de mala gestión (Argentina aparece imponiendo medidas de manera unilateral, caprichosa, cambiando reglas), resentimientos, y desprecio por los acuerdos internacionales contraídos, podemos perder más mercados, impactar negativamente en la producción y el trabajo argentino de calidad. Y lo peor, ahondar aún más en la imagen de país poco previsible e inseguro, que limitará la ya muy baja Inversión Extranjera Directa (IED).

No parece casual que la IED corra por sus peores tiempos, ya que se encuentra por debajo de las tasas que teníamos durante los gobiernos de Néstor Kirchner, Cristina Fernández y Mauricio Macri. Cada vez menos inversores miran nuestra tierra porque justamente creen que aquí no conseguirán lo que cualquiera de ellos está buscando: previsibilidad (reglas estables) y rentabilidad.

Más arriba señalaba, la mirada prejuiciosa y resentida del gobierno (nunca superaron el conflicto del 2009) sobre el campo. No entienden o no les importa el aumento desmesurado de los costos de producción. Los insumos son, en parte, en dólares, especialmente de herbicidas y fertilizantes. Siguen matando pequeños productores y facilitando una concentración cada vez mayor de los factores de producción.

La contracara de esto implica una buena gestión de las políticas públicas, que evalué el triple impacto (económico, social, ambiental), que se sostenga en el ejercicio de un servicio público meritorio y una gestión transparente, despejando definitivamente las prácticas oscuras, clientelares y corruptas que han viciado tanto al sistema de contrataciones públicas. Es necesario reconstruir un vínculo virtuoso entre el sector público y el sector privado, con activa participación de universidades y academias, organizaciones y ciudadanía comprometida con el bien público.

Al mismo tiempo, es imprescindible caminar hacia una competitividad sistémica o integral, que se asiente en variables económicas, la economía del conocimiento, la formación de calidad de los recursos humanos, instituciones democráticas sólidas, especialmente una justicia independiente y un sistema federal equitativo dentro del funcionamiento de un estado moderno y eficiente.

Por último, Argentina debe pensar en forma global y hacer en local, simultáneamente en los planos corto, mediano y largo, encontrando los consensos necesarios para volver a crecer y hacerlo de manera sustentable. Para eso siempre serán necesarios los Acuerdos. Que la confrontación propia de los tiempos electorales no transcienda más que dentro de ellos para dar lugar después de la contienda, a los lugares y tiempos de diálogo en el disenso, encuentros, consensos y acuerdos. Solo por ese camino se podrá dignificar la política y los resultados que todos dicen buscar y muy pocos o casi ninguno puede mostrar.

Argentina: Estado, Ética y Sociedad

Ciclo UCES 2019.
«Busco ‘pincharte’ en la necesidad de nuevos liderazgos para esa gente que está en la búsqueda de alguien en quién creer», Stolbizer.

En tiempos en que en nuestro país se está discutiendo una economía de emparche, Facundo Manes y Margarita Stolbizer mantuvieron una interesante charla acerca de la Argentina que necesitamos y cómo construir un proyecto político para nuestro país.

Durante el encuentro, Manes manifestó la necesidad de generar un modelo de conocimiento diferente: «Argentina aspira a cierto bienestar, pero no generamos la riqueza para 45 millones de personas. Si no cambiamos el paradigma estamos condenados al fracaso de las administraciones. Nos mentimos, creemos que somos ricos pero el país está en el ranking 47 en riqueza. La Argentina nunca hizo lo que tenía que hacer para desarrollarse, que es invertir lo suficiente y estratégicamente en ciencia y tecnología, en investigación y desarrollo, y vincularlo a la industria, esa es la verdadera inversión».

El neurocientífico también se expresó acerca de la grieta: «Tenemos que pensar un proyecto de país que supere la grieta y esto se hace entre todos, con empatía, con un proyecto colectivo. En 1983 todos tuvimos el proyecto de vivir en democracia y luego las cosas sucedieron: se normalizaron la justicia, el fútbol, la universidad… Uno debe ir por un sueño y después todo se acomoda. ¿Cuál debe ser el sueño de Argentina? Entender que lo que importa es el valor agregado, no podemos dar bienestar a 45 millones con la economía que tenemos. Si nos ponemos de acuerdo, más allá de los partidos políticos, en que tenemos que ser el doble de ricos para dar bienestar a 45 millones después vamos a tener justicia, educación y salud. Nunca en la historia argentina se invirtió en investigación y desarrollo como para dar vuelta el PBI. Corea del Sur e Israel invierten 4% en desarrollo, Argentina sólo 0.5%. Argentina no puede darle de comer a 45 millones con una economía primarista, sólo exportando, no es el campo el que va a hacer la diferencia. Hay que volver a esa Argentina donde ser honesto, trabajar duro, estudiar y pensar en la comunidad, era sinónimo de movilidad social».

Por su parte, Margarita Stolbizer aseveró que «hay una crisis muy fuerte vinculada con el sistema de representación, con una pérdida de credibilidad muy grande. La crisis moral a veces queda atrapada en el moralismo y no en la falta de igualdad, hay gente que pelea por la supervivencia diaria cuando nosotros pensamos en la supervivencia generacional. La prioridad es el acceso a los recursos, la diferencia entre los que acceden y los que no. Creo que las derechas generan violencia y la socialdemocracia tiene que estar vinculada a subsanar la desigualdad». En este sentido, la líder del GEN invitó a Manes a integrarse a la política: «Busco ‘pincharte’ en la necesidad de nuevos liderazgos para esa gente que está en la búsqueda de alguien en quién creer».

Ver charla completa.

Nuevo libro de Margarita Stolbizer sobre el dinero de la corrupción

El libro «Ella Miente» desnuda el laberinto de testaferros y establece en 2000 millones de dólares el monto de la apropiación. Esta semana ya se encuentra disponible al público el libro de Margarita Stolbizer y Silvina Martínez.

La suma a la que se refiere el subtítulo se ha calculado objetivamente sumando los embargos trabados en las causas Hotesur, Los Sauces, Obra Pública y Cuadernos, para lo cual los jueces habían considerado el perjuicio ocasionado al Estado y el beneficio obtenido por los imputados de los delitos que se investigan. «También hemos tratado de salir de las elucubraciones de fantasía que se hacen sobre el monto real o donde se encuentra el dinero, que no tienen sustento alguno. Por ejemplo, se ha dicho que ‘se robaron un PBI’, esta afirmación sin sustento da lugar a la contestación que Cristina Fernández hace en su libro Sinceramente. Nosotras preferimos mostrar las evidencias y elementos probatorios que existen en las causas y manejarnos con información irrefutable» explicaron las autoras.

Ella Miente es una demostración de los canales ilegales por donde se fugaba o se blanqueaba el dinero de la corrupción. Además, responde a algunas de las afirmaciones que la ex Presidenta hace en su presentación, sólo las referidas al patrimonio familiar y los vínculos con los empresarios contratistas del Estado. «Fernández de Kirchner afirma que: ‘Nunca llegamos pobres a ningún cargo’, y el problema es que salieron inmensamente más ricos, con fortunas que no se pueden justificar. En su primera declaración jurada, ella sostiene tener un patrimonio de $ 153.000 y al cabo de su gestión había alcanzado a $ 77.000.000.- No hay ninguna posibilidad de que un funcionario público tenga semejante incremento de fortuna. No les cierra el blanco. Aunque siempre hemos aclarado que incluir o declarar bienes no es lo mismo que reconocerlos como legales, sobre todo porque el requisito legal no demanda denunciar el origen del ingreso», ampliaron Stolbizer y Martínez.

La investigación llevada adelante desde hace años por las autoras fue innovadora. No se quedaron en la crítica sobre la evolución patrimonial o el capital acumulado, sino que ahondaron en las sociedades pertenecientes a la familia. Allí detectaron de qué manera se utilizaban para encubrir operaciones que relacionaban a los Kirchner con los empresarios que recibían contrataciones millonarias del Estado. «La causa judicial de los cuadernos ha sido un gran avance para entender, con las palabras de los mismos involucrados, cómo funcionaba esa red de corrupción entre los privados y los funcionarios, y sobre todos quiénes pagaban y a quiénes y adónde terminaban los bolsos con la plata en efectivo. Eso permite también entender la cantidad de operaciones realizadas con dinero en efectivo para adquirir bienes lavando dinero de origen ilegítimo», sostuvieron.

El nuevo libro aporta elementos probatorios para determinar dónde podría estar el dinero proveniente de los delitos de corrupción y que no fue ingresado al patrimonio luego del lavado. Las autoras describen una red o laberinto de testaferros que habrían sido los responsables de inscribir propiedades y sociedades con sus propios nombres para ocultar la identidad de los verdaderos titulares. «Es muy importante el papel de la Justicia. Pero eso no elude la responsabilidad de los políticos para que hechos como los que describimos no se repitan. Y especialmente Argentina debe como Nación y como sociedad mejorar sus instituciones y reconstruir una moral pública que no tolere estos delitos que conllevan, siempre, la privación a los más pobres de sus derechos y bienes para vivir con dignidad», concluyeron.

Margarita Stolbizer en Corea del Centro por NET TV

La líder del Partido GEN y denunciante de Cristina Fernández de Kirchner habló del juicio a la expresidenta y de la nueva precandidatura a la vicepresidencia.

La invitada en Corea del Centro, Margarita Stolbizer, dio detalles del juicio a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que se llevará a cabo hoy y en el cual es denunciante.

Stolbizer también habló de la precandidatura de Alberto Fernández como presidente de la Nación y de CFK como vicepresidenta. Resaltó que “la posibilidad de que Cristina sea presidenta es tremenda, lo cual es un retroceso enorme para al Argentina y eso es pura y exclusivamente responsabilidad de Macri”.

Fuente: www.canalnet.tv

Stolbizer recibió a Massa y su equipo en el GEN

En la sede  del GEN Margarita Stolbizer, Sergio Massa y autoridades de ambos espacios mantuvieron esta tarde un encuentro en el que compartieron su visión sobre el momento económico y las dificultades que atraviesa la población. Asimismo, Massa presentó los “10 Compromisos por la Argentina”, las diez políticas de Estado para que luego de las elecciones se empiece a construir el camino en el que el trabajo, la producción y la educación sean los pilares estructurales.

Durante el encuentro, Massa, Stolbizer y los referentes de sus respectivos espacios, coincidieron en destacar la importancia de convocar a una mesa de diálogo de toda la oposición para hacer frente al difícil y complicado momento que atraviesa el país.

Acompañaron a Massa, los diputados nacionales José Ignacio de Mendiguren, Raúl Pérez y Carlos Selva. Por parte del GEN, participaron del encuentro Sergio Abrevaya, Rubén Grenada, Marianela López, Juan Carlos Juárez, Marcelo Díaz y Liliana Piani, entre otros.

YAMETTI Y STOLBIZER ACOMPAÑAN EL RECLAMO DE LOS VECINOS DEL BARRIO AERONÁUTICO

22 de Abril de 2019, Morón.
La concejal del GEN MORÓN Sandra Yametti y la líder del Partido GEN Margarita Stolbizer se reunieron con los vecinos del Barrio Aeronáutico de la localidad de El Palomar.

La edil del GEN y la referente nacional recibieron en el HCD Morón a los vecinos del Barrio Aeronáutico de El Palomar frente al conflicto que atraviesan en relación a sus viviendas. Quienes residen allí, se encuentran luchando por la permanencia en sus viviendas, ante los juicios de desalojo iniciados irregularmente. Esta situación expone a los vecinos a una posible situación de calle, teniendo en cuenta que las viviendas en cuestión son en todos los casos son su único hogar.

Yametti manifestó: “Son más de 150 las familias que viven en un constante peligro de desalojo, el Estado no puedo ignorar esta situación, debe tomar cartas en el asunto de manera urgente y buscar una solución definitiva”.

«Es vital recurrir a todas las herramientas que tengamos para hacer oír nuestro reclamo, no hay lucha más honesta y transparente que la defensa de la vivienda propia y familiar», concluyó Margarita Stolbizer.