NO HAY GOBIERNOS DEMOCRÁTICOS SI SE GOBIERNA A COSTA DEL SISTEMA JUDICIAL Y DEL SOMETIMIENTO DE TODOS 

Nuevamente, los argentinos vemos cómo el Gobierno intenta manejar y controlar la Justicia. El llamado a sesión en el Senado nacional para designar a los representantes en el Consejo de la Magistratura de la Nación vuelve a poner en el centro de la escena los mecanismos feudales con los que se manejan quienes intentan retener el poder a costa de cualquier cosa, incluso de la Justicia.

Festejamos nuestra democracia, pero no nos damos cuenta de que no hay gobiernos democráticos cuando se gobierna a costa del sistema judicial y del sometimiento de todos. 

La Corte Suprema de Justicia de la Nación apartó al senador kirchnerista Martín Doñate luego de considerar que su nombramiento fue un ardid. Pese al fallo de la Corte, el oficialismo insiste. ¿Por qué? Porque se acostumbraron a hacer y a acomodar las reglas de juego según sus conveniencias. Así, hoy escuchamos a voceros del oficialismo decir, de manera lavada, que lo que hicieron es cumplir con lo que establece el reglamento del Senado. La realidad indica que se debe cumplir con la ley. 

Están haciendo lo imposible para conseguir un consejero más en la Magistratura y ya hemos visto que para lograrlo recurren a los antiguos (pero vigentes) mecanismos del feudalismo argentino. Sí, los mismos que continúan hundiendo a nuestro país. Ese viejo sistema convertido en oficialismo, sigue siendo voraz, no se detiene. Quiere todo. No se permite que la Justicia no sea suya por completo ni que exista un poder que le marque un límite y le diga: “Basta, no se puede hacer un truco y poner un consejero más del que corresponde”. Es el mismo sistema feudal que persiguió a San Martín cuando luchaba por independizar nuestro territorio, porque no se avenía a servir a los intereses facciosos. Se trata de los mismos mecanismos que convirtieron a funcionarios en multimillonarios a costa del Estado y de quedarse siempre con todo. Se corporiza en Cristina Fernández de Kirchner, Gildo Insfrán, Juan Manzur, la familia Menem, los Rodríguez Saá y, también, en los gobernantes de Catamarca y San Juan que desde hace décadas se llevan el oro producto de la minería y dejan a los pueblos sumergidos en la pobreza. 

En Argentina, la pobreza alcanza el 40% de la población, y la mitad de no tiene acceso a los servicios de agua de red y cloacas. Sin embargo, estos señores y señoras feudales no paran de enriquecerse. Son los mismos que suman senadores con el objetivo de controlar todo desde el Senado, donde traban proyectos y manejan el país desde el retorno de la democracia. Es urgente advertir que no hay gobiernos democráticos cuando los que gobiernan fabrican sistemas electorales a costa del empobrecimiento de la gente y el sometimiento de todos.

Gonzalo Toselli
Secretario General
Sergio Abrevaya
Presidente