El gobierno Nacional levanta la bandera del Programa Precios Justos implementado, según manifiestan, para contener la inflación. Otra vez intenta engañarnos ya que ante un proceso inflacionario, los precios no ajustan sincrónicamente. El aumento por debajo de la media en Precios Justos no quiere decir que los productos no aumenten, sino que significa que lo harán en otro periodo o que la diferencia la tendremos que saldar todos a través de subsidios.
En un relevamiento realizado por nuestro Laboratorio de Políticas Públicas sobre el Programa de Precios Justos el 26,7 % de los productos publicados no se encuentra en las góndolas, pero tampoco existe una cláusula del programa que obligue a reemplazar por otro de los precios de las grandes cadenas de comercialización. Otro 25,3 % de los productos no se encuentra y habiendo reemplazo de Precios Justos estos son un 19,3 % superiores. Solo el 48 % de los productos se pueden encontrar en las góndolas.
Los argentinos que viven en pueblos donde estas grandes cadenas de comercio no están, padecieron una variación de los precios de los alimentos del 8,8 % como reconoció el gobierno. Asimismo, los que viven en las grandes urbes y cerca de las cadenas de comercialización también padecen la variación de precios. En este caso, el de los productos ubicados fuera del programa oficial que pican en alza y superan los precios registrados en los pequeños comercios.
Por eso, las acusaciones emitidas por el oficialismo caen en el ridículo cuando observados que en el agrupado de productos tales como aceites, grasas, y manteca cuyos precios aumentaron un 3,7 %, ubicándose así por arriba de los comercios de cercanía que registraron un alza del 2,4 %.
Esta política de discriminación a los pequeños comercios está provocando la concentración de un mercado ya concentrado que avecina como consecuencia un nivel de precios por el poder de mercado que se le está proporcionando a las grandes cadenas de comercialización. Dando muestra clara de que el esfuerzo de todos los pequeños comerciantes para tratar de mantenerse competitivos a pesar de las políticas públicas que los está llevado a la quiebra.